Ya no quiero estudiar la prepa ¿qué hacer?

Si alguna vez le has dicho tu familia: ya no quiero estudiar la prepa, lo más seguro es que hayan saltado inmediatamente a decirte “¡No lo hagas!” (tal vez incluso con palabras menos amables). Probablemente después te dieron su lista de argumentos para seguir estudiando sin siquiera escuchar tus razones.

Sé que existen miles de motivos por los cuales abandonar los estudios: bajas calificaciones, materias que se te dificultan por más que le eches ganas, problemas económicos, te queda muy lejos, compañeros nefastos… Y por supuesto que es entendible que te ataque el tedio o la ansiedad cuando te dicen cosas como “Si dejas la preparatoria, nunca vas a poder hacer una carrera”. ¿Cómo se supone que eso te motive? Si estás harto de la escuela ahorita, lo último que quieres es hacer un esfuerzo para que la tortura continúe por años, ¿no?

Por más que entienda las enormes ganas de renunciar al mundo académico, es mi responsabilidad informarte que, a largo plazo, te conviene mucho más seguir estudiando.

“Ya no quiero estudiar la prepa”: Conoce tus opciones

Como seguramente ya te han dicho hasta el cansancio las razones para seguir estudiando, voy a ahorrarme esa parte. Aunque sean puntos ciertos y válidos, de poco sirve pensar en beneficios a largo plazo cuando no sabes de dónde vas a sacar energía para ir a la escuela al día siguiente.

Me encantaría decirte que en este texto encontrarás las soluciones a todos tus problemas. Desgraciadamente, sólo puedo abordar los temas que surgen con mayor frecuencia. 

¡Ya estoy harto!

Cuando piensas en todo lo que tienes que hacer y te sientes abrumado, lo mejor es enfocarse en la tarea que estás haciendo en ese momento. Esto también aplica a una escala más grande. Si piensas en el futuro cuando estás abrumado, vas a sentir que el sufrimiento no tiene fin. ¡Llévatela leve! Respira y resuelve lo que se va presentando. Sé previsor, pero vive un día a la vez.

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Sí, vivimos en un país en el que las dificultades económicas son la principal razón para dejar los estudios. A veces son los papás los que deciden sacar a los hijos de la escuela; otras veces son los mismos hijos quienes optan por dejar los estudios para poder trabajar y generar ingresos.

Es posible hacer ambos. Sí, requiere de mejor organización, pero créeme que estudiar y trabajar te beneficiará en muchos aspectos y no sólo a largo plazo. Eso sí, te recomiendo encontrar una escuela en la que tengan flexibilidad de horarios.

Otra opción es hacer un bachillerato tecnológico. Piénsalo: terminas tu prepa y ya eres un candidato preparado para muchos empleos. Esto te compra algo de tiempo para estudiar una licenciatura después o simplemente empezar tu vida laboral con mejores pronósticos financieros que si sólo tuvieras certificado de preparatoria (y definitivamente muchas más opciones que si tienes prepa trunca).

Si no te gusta ninguna de estas opciones, siempre puedes buscar el apoyo de tu escuela y pedir una beca.

Ya no quiero estudiar la prepa por que me queda muy lejos…

A lo mejor te mudaste o tal vez te aceptaron en un campus para el cual gastas demasiado tiempo en traslado. Una buena opción para esto es pedir una transferencia de plantel o un cambio de escuela que cuente con planteles cerca de ti.

Si ninguna de éstas es una opción viable, piensa en cómo puedes convertir el tiempo muerto en tiempo productivo. A lo mejor el traslado te podría servir para escuchar un audiolibro, por ejemplo. Si tienes un examen, podrías grabarte y estudiar de camino. Existen también aplicaciones de celular y audios para aprender o practicar un idioma. Y éstas son sólo algunas de las posibilidades. 

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Nada más no doy una

Todos tenemos puntos débiles. Algunos somos malos para las matemáticas, otros para literatura. Si ya no quieres estudiar la prepa por que no logras subir tus calificaciones por más que estudies, no eres el único.

Puedes buscar pedir ayuda: intenta hacer grupos de estudio en el que cada miembro tenga como punto fuerte una materia diferente. Además de que te va a servir para hacer preguntas en un ambiente menos intimidante que el salón, también tendrás la oportunidad de conocer más personas y ampliar tu grupo de amigos.

Usa los recursos que tienes. Aprovecha que vivimos en una época en la que todo el conocimiento está a un clic. Busca en Internet tus dudas. Quién sabe, a lo mejor hay en YouTube algún australiano que sabe explicarte fórmulas químicas de tal manera que por fin tengan sentido y las entiendas. 

Espero que esta publicación haya traído al menos un poco de tranquilidad y paz a tu mente. Si bien no engloba todos los problemas –ni todas las soluciones–, te muestra que opciones hay, sólo hay que buscarlas.