Las Redes Sociales (RS) han revolucionado la forma en la que vivimos el día a día, no solo en momentos de ocio, sino al momento de divertirnos, comunicarnos e interrelacionarnos. Antes, para aprender solo debíamos agarrar un libro y leer, hoy en día hay cientos de maneras y no solo por la tecnología per se, sino por las redes sociales que han expandido el abanico de posibilidades. Estas han puesto a disposición de los usuarios una nueva forma de entender la educación y aunque hay docentes que todavía se resisten a adoptarlas, suele ser en la mayoría de los casos más por desconocimiento que por alguna “fobia” o anti valor que estas puedan significar.
Adicionalmente, surgen problemas relacionados con las mismas RS ya que los jóvenes no suelen verlas únicamente como un instrumento de aprendizaje sino como un canal para la distracción y el ocio, es esto mismo lo que en muchos casos dificulta su implantación en programas educativos. Pongamos un ejemplo: El profesor crea un grupo en Facebook donde no solo cuelga información importante, sino también tareas, temas de interés y además es una ventana (literalmente) directa para poder comunicarse con el tutor, pero (es aquí cuando se manifiesta el lado negativo para la educación) siempre habrán estudiantes que al momento de usar Facebook solo le darán un uso erróneo, un uso recreacional y en algunos casos negativos para el grupo, entonces, ¿qué se hace?
Es un escenario donde hay un 50/50 de probabilidades de éxito, donde no solo depende del docente sino del alumno estar verdaderamente comprometido con el programa y darle el uso adecuado a las RS a la hora de poner en marcha su proceso de aprendizaje.
¿Y tú, qué opinas? ¿RS en Educación, sí o no?