La universidad debe ser una experiencia de aprendizaje que no se limite al aula y que permita a los estudiantes adquirir habilidades y ponerlas en práctica. Para ello, es necesario crear el cambio intencionadamente, diseñando el aprendizaje y generando espacios para su puesta en práctica.
Para las universidades es fundamental ofrecer a los alumnos una experiencia de aprendizaje que les permita descubrir y conocer a través de diferentes canales y aprovechar el entorno virtual como hilo conductor de la experiencia. Además, se deben escuchar las necesidades de estos y medir el impacto de las actividades realizadas en ellos.
En este sentido, la universidad debe estar comprometida con satisfacer las demandas del mercado laboral y procurar que los graduados estén formados en nuevas tecnologías y habilidades blandas por lo que se pueden desarrollar actividades que permitan acercar y facilitar el aprendizaje, por ejemplo, compartir conferencias en vivo y en línea sobre tendencias globales y nuevas tecnologías.