La organización es un aspecto fundamental de cualquier persona productiva. Llega como necesidad cuando se tienen muchas actividades y se puede convertir en un verdadero reto, sobre todo cuando estudias y trabajas. Listas de tareas o actividades basadas en el horario, cada quién tiene su manera de gestionar el tiempo. En lo que todos coinciden –o deberían– es en la necesidad de programar tiempo libre.
Así como agendamos juntas de trabajo o con compañeros para un proyecto escolar, de la misma manera debemos hacer tiempo consciente para descansar la mente. ¡Atención! Esto no es sinónimo de tirarse en el sofá a ver televisión o a perderse en redes sociales. Sé que después de planear toda tu semana lo último que quieres es pensar en la minuta de tus pocas horas libres. Sin embargo, esto es precisamente lo que te ayudará a sacarles provecho.
Aprovechar el tiempo libre es más que sólo papalotear
La finalidad de programar un descanso es poder “reiniciar” tu cerebro para que pueda seguir siendo eficiente. Algunas actividades que puedes realizar para lograr esto son:
Ejercicio
Sí, pensar en moverte después o en medio de una jornada pesada suena a una tarea imposible. Pero con sólo 10 minutos de ejercicio podrías hacer una enorme diferencia en tu humor y hasta en tu salud.
El ejercicio libera endorfinas –la “hormona de la felicidad”– y oxigena el cerebro. Con moverte un poco, agarras un segundo aire. Incluso tu calidad de sueño mejora, por lo que, aunque duermas menos de las 8 horas recomendadas, vas a descansar mucho mejor.
Leer
Aunque parezca una contradicción, leer relaja al cerebro y al cuerpo. Funciona porque dejas de pensar en todo lo que tienes que hacer: te sales por un rato de ti y te sumerges en otra narrativa. Obviamente es recomendable leer algo con historia y, de ser posible, alejarse de las pantallas. Es decir, leer a la antigüita.
Meditar
Puede sonar a la recomendación más cliché, pero por algo será. ¿Qué mejor manera de revitalizar la mente que ponerla en blanco por unos instantes? No es tarea fácil, pero con la práctica constante, comenzarás a notar que lo logras cada vez mejor y los beneficios serán palpables. Puedes probar con meditaciones guiadas, para empezar.
Para meditar no es necesario estar en un cuarto especial con incienso y cojines en el piso; ni siquiera tienes que estar en un lugar callado. Calmar la mente es algo que puedes en el tráfico o entre tarea y tarea. Tu eficiencia mejorará y tus niveles de estrés bajarán considerablemente.
Hablar con gente que quieres
Puede ser una llamada por teléfono con un amigo al cual no ves hace mucho o una rápida taza de café en tu cocina mientras te pones al corriente con alguien de tu familia. El punto es conversar –tranquilamente, por supuesto, una pelea sería contraproducente– es llevar tu mente a algo más, así que no uses ese tiempo para enlistar todas las cosas que todavía tienes que hacer. Intenta reconectar con la gente que quieres y te sentirás revitalizado.
Éstas son sólo algunas sugerencias para aprovechar tu tiempo libre. Si tienes algún pasatiempo –como tejer, pintar, hacer crucigramas, etc.– por supuesto que también es válido. Sólo recuerda que la intención es bajar los niveles de estrés y recargar la batería de tu cerebro para que puedas seguir dando todo de ti en el resto de las tareas pendientes.