Los peligros del estrés

“¡Qué estrés!” “¡No me estreses!” “Estoy estresado…” Parece que el estrés se ha convertido en un compañero fiel en todas nuestras conversaciones hoy en día. El problema con esto es que el banalizar este término está restando importancia a sus efectos en la salud o simplemente se está convirtiendo en un sinónimo mal aplicado para otros males, como la ansiedad o la depresión. Para evitar que el estrés comience a pasar factura a tu salud, debes informarte primero sobre lo que es realmente y las maneras en las que puede manifestarse y afectarte.

¿Qué es el estrés?

De acuerdo con el Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos, el estrés es un proceso que se pone en marcha cuando una persona se enfrenta a una situación que considera amenazante o simplemente que está más allá de sus capacidades. Por lo general, las circunstancias que tienen que ver con cambios en su rutina, que requieren un mayor esfuerzo de su parte o que de alguna manera amenazan su bienestar desatan periodos de estrés. El carácter subjetivo es muy importante al evaluar el estrés, ya que lo que para una persona puede ser perfectamente tolerable, para otra puede ser una fuente grave de estrés.

Es importante también mencionar que hay dos tipos de estrés: el “bueno” (eustrés) y el “malo” (distrés). Para evitar confusiones, aquí hablaremos en términos generales y, en otra publicación, desmenuzaremos un poco más el tema. 

¿Cómo me afecta el estrés?

El estrés en sí mismo no es patológico y es sólo una respuesta natural a las situaciones que de alguna manera requieren más de nuestra atención. Dicho esto, pequeñas dosis de estrés pueden ser benéficas, ya que nos ayudan a reaccionar y estar alertas en los momentos que así lo necesitamos. El problema surge cuando vivimos permanentemente en un estado de alerta y bajo presión. Si vivimos siempre estresados, esto pasará tarde o temprano una factura a nuestra salud. Estos son algunos de los peligros más comunes que pueden surgir por el estrés:

• Mayor riesgo de padecer diabetes tipo 2
• Incremento en las enfermedades cutáneas
• Debilitamiento del sistema inmunológico
• Aumento del colesterol “malo”
• Mayores probabilidades de desarrollar sobrepeso y obesidad
• Elevación en las tasas de ataques al corazón
• Envejecimiento prematuro

¿Cómo saber si estoy estresado?

Para tratar el estrés es esencial poder identificarlo a tiempo. Como mencionamos en un principio, el estrés puede ser provocado por situaciones muy diversas. De igual manera, las formas en las que se manifiesta también cambian mucho de una persona a otra. Si crees que tú o alguien más puede estar atravesando por un periodo de estrés, fíjate en estas señales:

Psicológicas

• Incapacidad para concentrarse
• Constantes pensamientos pesimistas
• Mala memoria

Emocionales

• Irritabilidad
• Cambios de humor
• Falta de confianza en sí mismo

Físicas

• Tensión muscular
• Infecciones frecuentes
• Pérdida o aumento de peso
• Fatiga extrema

Considera que estos son sólo algunos de los síntomas que pueden presentarse si se experimenta estrés. La mejor forma de diagnosticar y tratar a una persona con estrés es mediante la ayuda de un especialista. No dudes en acercarte a un psicólogo o terapeuta en caso de atravesar una situación complicada que te esté provocando estrés.